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Eduardo Galeano


¿Cómo leer a un poeta que ya no está?
Hoy nos deja un gran ser: un luchador incansable, que vivió lleno de flores que salían de su boca en pro de un mundo mejor.
Ese, que nos hizo ver que la utopía si tiene sentido, que nos enseñó que no está mal dudar, que defendió nuestro derecho al delirio, que nos hizo ver las venas de nuestra América que aún siguen abiertas, que escribió para los nadies, que desafió a la ciencia asegurando que estamos hechos de historia, que nos ayudó a soñar y que nos llevó a un mundo al revés.
Ese que habló de amor, de fútbol, de solidaridad, de política, de besos, de mujeres y hombres, del mundo.
Ese que tocó todos los temas referentes al ser humano desde el lugar de la tolerancia, de la belleza y desde su alma.
Ese hombre inspirador, ya no está. Pero sigue siendo fueguito, fuego loco, de esos que arden con tantas ganas que encienden todo lo que se acerca a ellos. Y así será siempre, porque lo que él logró encender más nunca se apagará. Ese fuego vivirá en cada una de las personas que su voz logró tocar.
El escribir, para él, era abrazar al lector, más que nunca debemos hoy abrazarlo, leyendo y compartiendo sus escritos para que todos nos fundamos en miles y miles de abrazos. Y sobre todo recordarlo, volver a pasarlo por el corazón, una y otra vez durante esta continua lucha que es el camino hacia la utopía.

Marina Hurtado Soto

CANCIÓN DEL SOLDADO JUSTO


"A los montes me voy, me voy completo
y espero regresar de igual manera
Si me cortan las piernas y las manos
asiré el caminar con los anhelos
Si me arrancan los ojos y la lengua
nueva guitarra agitará banderas
Si me quitan la tierra donde piso,
yo vengo desde un río de asperezas
que antes me llevó y ahora me lleva
Si me tapan los oídos con que oigo
a mis hermanos pálidos y hambrientos,
hablaré seriamente con el aire
para que se abra paso hasta los sesos
Y si una bala loca se enamora
de mis sienes violentas,
yo seguiré pensando con los huesos
Me voy a despeñar sobre los crueles
que han hecho de la patria un agujero
y si no asiste el pecho a la camisa
y me matan de muerte sin lucero,
esperadme, os lo pido caminando,
que yo regresaré como los pueblos
cantando y más cantando y más cantando".


Valera Mora